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¿Haces demasiado ejercicio?

¿Haces demasiado ejercicio?

¿Existe el exceso de ejercicio?

Es un hecho innegable que el ejercicio aporta numerosos beneficios a tu salud y está directamente relacionado con una vida más fresca, enérgica y larga.

Múltiples expertos en salud han subrayado la importancia del ejercicio regular, y afirman que hacer menos ejercicio suele provocar complicaciones de salud y pereza.

Dada su inmensa importancia, muchas personas se han propuesto dedicar su tiempo a este régimen y motivar a otros para que hagan lo mismo. Sin embargo, esto no siempre da resultados fructíferos para el que lo hace.

Aunque el ejercicio es beneficioso para la salud, hacerlo en exceso tiene consecuencias negativas para tu bienestar mental y físico.

Como todas las cosas del mundo, debes esforzarte por alcanzar un equilibrio perfecto entre el descanso y el ejercicio para obtener resultados óptimos.

Por desgracia, en muchos casos, la gente se vuelve adicta al subidón tras largos periodos de ejercicio o les encanta lo receptivos, ligeros y mejor que se sienten tras terminar su rutina de entrenamiento. Sea cual sea el caso, hacer ejercicio en exceso puede tener efectos drásticos en tu cuerpo y, por tanto, debe evitarse a toda costa.  

Hay algunas indicaciones que debes conocer para evitar cruzar la delgada línea que separa el ejercicio regular del ejercicio excesivo.

Ante todo, recuerda que la mayoría de los expertos aconsejan hacer ejercicio durante un duración de 30 a 60 minutos como mucho, como una persona normal.

Por supuesto, puedes ampliar este periodo si eres un atleta profesional o te preparas para una competición próxima. Pero para el hombre medio, una hora de ejercicio es suficiente.

Por tanto, pones en peligro tu salud y tu esperanza de vida si intentas sobrepasar este límite.

Además, hacer ejercicio durante intervalos prolongados puede volverte adicto al acto. Claro, parece raro oír que alguien es adicto a hacer ejercicio, pero esto es totalmente posible y puede ocurrir con más frecuencia de lo que cabría esperar.

Hacer ejercicio es un ritual, una rutina, y como todas las rutinas, puede engullirte y hacer que te obsesiones irrevocablemente con ella.

No te darás cuenta hasta que sea demasiado tarde, y este hábito tuyo acabará en ruina para ti desde el punto de vista de la salud.

Algunos indicadores definitivos pueden ayudarte a darte cuenta de tu adicción malsana al ejercicio y a conseguir el apoyo adecuado a su debido tiempo.

Sigue leyendo más adelante para conocer estos síntomas en detalle y encontrar el camino que debes seguir en caso de que hayas estado haciendo demasiado ejercicio últimamente.

Signos y síntomas del sobreesfuerzo

Algunas de las señales a las que debes prestar atención cuando se trata de hacer ejercicio en exceso son las siguientes:

Dolor muscular

Los músculos doloridos son un importante indicador y consecuencia de un entrenamiento intenso. Pero debes saber que esta sensación de corta duración remite poco después del entrenamiento.

Sin embargo, si sigues experimentando dolor músculos durante varios días después de un entrenamiento, puede indicar que estás forzando demasiado tu cuerpo. 

Problemas para dormir

Duerme es esencial para todo ser humano, ya que el cuerpo utiliza este tiempo de forma natural para repararse y revitalizarse después de una larga sesión de entrenamiento.

Así pues, supongamos que tienes problemas para conciliar el sueño o no duermes en general (insomnio). En ese caso, podría ser un signo de exceso de ejercicio, ya que el ejercicio normal favorece el sueño, mientras que el ejercicio inmoderado puede afectarlo negativamente.

Debilidad y fatiga

Sentirse cansado después de terminar una sesión de ejercicio es perfectamente normal y está justificado. Sin embargo, al cabo de unas horas deberías recuperar tu nivel de energía habitual.

Si no es tu caso y la fatiga es una compañera constante después de hacer ejercicio, lo más probable es que estés forzando a tu cuerpo más allá de sus capacidades y le estés haciendo más daño que bien.

Bajo rendimiento

Se supone que debes rendir mejor después de las sesiones normales de ejercicio, no peor. Un entrenamiento sano y saludable te dejará lleno de energía, motivado y preparado para rendir mejor en tus tareas cotidianas.

Pero si, por el contrario, acabas rindiendo mal en estas tareas y tienes poca o ninguna energía durante el día, es un signo destacado de que te estás excediendo en el ejercicio.

Pérdida de apetito

La principal fuente de energía del cuerpo son los alimentos que ingieres. Por lo tanto, una buena rutina de entrenamiento debería abrirte el apetito y dejarte esperando la siguiente comida.

Sin embargo, si experimentas pérdida de apetito y aversión a la comida, esto es un indicador seguro de que haces ejercicio en exceso. 

Aumento de peso

Suena extraño, ¿verdad?, que ¿hacer demasiado ejercicio puede provocar un aumento de peso? Desgraciadamente, el aumento de peso es un signo indiscutible del exceso de ejercicio y ocurre cuando tu cuerpo sigue reteniendo grasas, por muy intensas o largas que sean tus sesiones de entrenamiento.

Inmunidad inferior

Tu sistema inmunitario es la primera línea de defensa del organismo contra bacterias, virus y otros microorganismos que pueden dañarlo.

El ejercicio regulado y normal puede ser estupendo para reforzar la eficacia de tu sistema inmunitario. Sin embargo, si el rendimiento de tu sistema inmunitario disminuye o se ve obstaculizado por el ejercicio regular, significa que lo estás haciendo demasiado. 

Inflamación sistémica

La inflamación sistémica difiere de los músculos doloridos y es consecuencia de la lucha continua de tu sistema inmunitario contra enfermedades graves.

Es un catalizador potencial de otras enfermedades crónicas potencialmente mortales. Lo hace promoviendo la inflamación sistémica en tu cuerpo. 

Depresión

Además de sus beneficios físicos, hacer ejercicio atrae a un amplio público por su capacidad para mejorar significativamente tu estado de ánimo, incluso en los días malos.

Sin embargo, puede provocar depresión y estados de ánimo ansiosos cuando se hace en cantidades no controladas ni reguladas. 

Esto ocurre porque las hormonas de tu cuerpo no se liberan adecuadamente, lo que provoca frecuentes episodios depresivos y de mal humor.  

Lesiones

Normalmente, el entrenamiento y el ejercicio pueden completarse sin problemas y sin sufrir ninguna lesión. Pero es probable que te lesiones si entrenas en exceso e ignoras tu forma física actual.

Por eso, un cuerpo herido es un claro efecto secundario del exceso de ejercicio.

Efectos y consecuencias a largo plazo del exceso de ejercicio:

Hacer ejercicio en exceso puede traerte resultados devastadores tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, en contraste con sus efectos a corto plazo, las consecuencias a largo plazo son mucho peores, como puedes ver en la siguiente lista:

  • Hacer demasiado ejercicio puede dañar gravemente los riñones y el corazón. En ciertos casos, el exceso de ejercicio provoca rabdomiólisis, una afección médica grave y potencialmente mortal. Esta enfermedad hace que se filtren proteínas y electrolitos a la sangre desde los músculos dañados por el ejercicio, lo que a su vez puede afectar negativamente a estos órganos órganos vitales.
  • Produce efectos catastróficos en el cuerpo femenino. Las mujeres pueden sufrir osteoporosis por exceso de ejercicio físicoque puede provocar fluctuaciones en su ciclo menstrual.
  • En el caso de los hombres, hacer ejercicio en exceso provoca una disminución drástica del nivel de su deseo sexual.
  • Hacer ejercicio más allá de lo necesario compromete el funcionamiento del sistema inmunitario, que es una de las peores consecuencias de esta actividad. Es muy frecuente que las personas que Participar en sesiones rigurosas de gimnasio o en entrenamientos de maratón. 
  • Otra repercusión alarmante es el desarrollo de varios trastornos mentales debido al exceso de ejercicio. Por ejemplo, se ha observado que el ejercicio excesivo puede provocan depresión, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y ansiedad en múltiples sujetos. 

¿Podrías ser adicto al ejercicio?

Sí, por increíble que parezca al principio, volverse adicto al ejercicio es algo súper posible y común.

Aunque no existen pruebas concretas que prometan la presencia de este trastorno, puedes autoevaluarte basándote en los siguientes indicadores:

  • Sentirse cada vez más agitado, enfadado o amargado en caso de faltar a una sesión de entrenamiento. Este sentimiento suele durar varios días y sólo desaparece cuando vuelves a la rutina de entrenamiento.
  • Si estás constantemente agotado y te lesionas a menudo mientras haces ejercicio, entonces es un signo evidente de tu adicción al ejercicio y de tu falta de voluntad para dejarlo pronto.
  • El ejercicio empieza a apoderarse de tu tiempo, tus responsabilidades sociales y tus obligaciones cotidianas. Se convierte en una vía de escape cada vez que quieres apartarte del mundo real.  
  • Cuando empiezas a dar prioridad al ejercicio por encima de las relaciones íntimas y prefieres pasar tiempo en el gimnasio en lugar de estar con tu familia, amigos y seres queridos.
  • Empiezas a perderte o a retrasarte en tu trabajo de oficina, tareas y otros compromisos generales.
  • Sólo te sientes verdaderamente contento y feliz mientras haces ejercicio. Otras cosas y personas que antes te proporcionaban felicidad significan poco o nada en comparación con hacer ejercicio.
  • Otro signo de adicción al ejercicio es cuando empiezas a alargar tus sesiones y te entregas a entrenamientos y rutinas de ejercicio excesivos.
  • Ya no haces ejercicio para relajarte o mejorar tu salud, sino que sólo lo haces para parecer la mejor versión de ti mismo.
  • Desarrollas una obsesión malsana por las apariencias. Nunca estás satisfecha con tu aspecto y constantemente intentas parecer más madura cada día que pasa.

¿Cuándo debes ir al médico?

Ya sea por tu adicción al ejercicio o por razones totalmente distintas, hacer ejercicio en exceso está destinado a crear numerosos problemas para tu bienestar físico y mental.

Por lo tanto, es obligatorio consultar a un médico profesional tras diagnosticarse este grave trastorno.

Ver también

Puedes decidir si ahora es el momento adecuado para reservar una cita o no en función de los siguientes factores:

  • Cuando tus sesiones de entrenamiento te dejan completamente agotado y exhausto.
  • Cuando el ejercicio empieza gradualmente a apoderarse de otros aspectos importantes de tu vida.
  • Si sufres ansiedad y depresión o te agitas e irritas fácilmente después de hacer ejercicio.
  • La pérdida de apetito o la incapacidad para dormir exigen que busques la ayuda de un profesional inmediatamente.

La mayor conclusión de todo esto es que no debes perder tiempo en consultar a un médico cuando sientas que estás harto de tu rutina de ejercicios o veas que sus secuelas se extienden por tu vida social y personal.

Un diagnóstico y un tratamiento precoces pueden protegerte de daños que, de otro modo, serían irreversibles para tu salud mental y física.

Cómo cuidarte y recuperarte

Aparte de buscar la ayuda de un profesional para recuperarte de este trastorno, hay otros muchos cambios que puedes incorporar a tu vida diaria para sentirte mejor y recuperarte de los efectos secundarios del exceso de ejercicio. Estos pasos se explican detalladamente a continuación:

Tómate un descanso

Por muy difícil que te parezca poner fin a tu rutina de ejercicios, intenta tomarte un merecido descanso. Permitirá a tu cuerpo recuperarse, recargarse y reponerse de todo el daño causado por los entrenamientos intensivos.

Deja de ir al gimnasio, corriendoo cualquier otra forma de ejercicio en la que participes habitualmente. En lugar de eso, quédate en casa, ve una buena película, lee algunos libros, juega con los niños y haz cualquier otra tarea que te guste para mantenerte ocupado y entretenido por el momento.

Hacerlo te ayudará a desahogarte, y te sorprenderá gratamente lo refrescante que puede resultar.

Date un masaje

Otra cosa que puede distraerte del ejercicio y de todo el dolor que conlleva es un buen masaje relajante.

Los atletas y deportistas prefieren este método para relajarse y recargar sus capacidades, lo que garantiza que hará maravillas contigo.

Bebe más agua

El sobreentrenamiento o el ejercicio excesivo pueden causar deshidratación y dilapidar los niveles de agua en el cuerpo. Así que, para recuperarte, debes aumentar tu ingesta diaria de agua para una mejor hidratación y mantenimiento del cuerpo. Como resultado, verás una mejora considerable de tu salud en poco tiempo.

Entrenamiento mixto

Los entrenamientos mixtos o entrenamiento cruzado mezclan el ritmo a la hora de hacer ejercicio. Es una forma moderada y soportable de ejercicio que no requiere mucho esfuerzo, pero que mantiene tus músculos tonificados y evita que te vuelvas perezoso.

Duerme más

Como hemos dicho antes, una buena noche de sueño puede marcar la diferencia cuando se trata de recuperarse de una sesión de entrenamiento agotadora.

Por tanto, asegúrate de no perder nunca un sueño de calidad después de terminar una sesión de entrenamiento. Intenta dormir al menos entre seis y ocho horas sin interrupciones para obtener los mejores resultados.

Además, recuerda guardar el smartphone de 2 a 3 horas antes de acostarte, ya que puede alterar gravemente la calidad del sueño.

Sigue una dieta rica en proteínas

La sensación de debilidad y fatiga provocada por el exceso de ejercicio puede verse magnificada si no hay suficientes proteínas en tu dieta.

Por eso es crucial que las personas que deseen recuperarse del sobreentrenamiento consuman más alimentos ricos en proteínas. Ejemplos de estos alimentos son las aves de corral, el pescado, el marisco, los huevos, el requesón, las carnes magras, etc.

Avanzar

Y dicho esto, hemos llegado al final de nuestro artículo sobre los síntomas, peligros y tratamiento del exceso de ejercicio.

Recuerda que, por muy atractivas que parezcan las ganancias a corto plazo del sobreesfuerzo, nunca hagas ejercicio durante más tiempo o a mayor intensidad de lo que tu cuerpo pueda soportar.

Intenta mantener un equilibrio adecuado entre tu rutina de entrenamiento y el tiempo de descanso para aprovechar al máximo los beneficios de tus sesiones de ejercicio y mantenerte alejado de los peligros del exceso de ejercicio.

Te deseamos una vida feliz, sana y sin estrés.

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