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Hidratación y rendimiento deportivo: Lo que debes saber

Hidratación y rendimiento deportivo: Lo que debes saber

Última actualización el 16 de mayo de 2023 por Jamie

La hidratación es un aspecto fundamental de la salud que a menudo se pasa por alto, sobre todo en el contexto del rendimiento atlético. Una hidratación adecuada es fundamental para las funciones fisiológicas, y cualquier desequilibrio puede afectar significativamente al rendimiento y al bienestar de un atleta. En esta completa guía, exploraremos la importancia de la hidratación, su impacto en el rendimiento atlético y las estrategias prácticas para mantener una hidratación óptima.

Refrescante vaso de líquido burbujeante para ayudar a hidratar

Comprender la hidratación

La hidratación se refiere a la absorción de agua por el organismo. El cuerpo humano tiene aproximadamente 60% de agua, y este líquido vital interviene en casi todas las funciones corporales. Ayuda a regular la temperatura corporal, favorece la digestión, permite el transporte de nutrientes, lubrica las articulaciones y es un componente crucial de nuestras células y tejidos corporales.

En el contexto del rendimiento atlético, la hidratación ocupa un lugar central debido al aumento de la pérdida de líquidos del cuerpo durante el esfuerzo físico. Cuando la temperatura corporal aumenta durante el ejercicio, el cuerpo suda para enfriarse, perdiendo agua y electrolitos esenciales en el proceso. Esta pérdida de líquidos debe contrarrestarse con la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación, que puede mermar el rendimiento y provocar graves complicaciones de salud.

Mujer con un vaso de zumo en la mano

La ciencia de la hidratación y el rendimiento deportivo

El intrincado vínculo entre la hidratación y el rendimiento atlético está bien documentado en la literatura científica. Profundicemos en cómo influye la hidratación en diversos aspectos del rendimiento.

Rendimiento físico

El rendimiento físico puede verse gravemente obstaculizado por una hidratación inadecuada. A estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research descubrió que una deshidratación equivalente a 2% del peso corporal podía repercutir negativamente en el rendimiento atlético. Este efecto se observa porque el agua es crucial para suministrar nutrientes a los músculos y facilitar la eliminación de los productos de desecho. Cuando se está deshidratado, el volumen sanguíneo disminuye, lo que hace más difícil para el organismo suministrar a los músculos el oxígeno y los nutrientes que necesitan. Esto puede provocar un aumento de la fatiga, una disminución de la resistencia, una reducción de la fuerza y una recuperación más lenta.

Función cognitiva

Aunque las implicaciones físicas de la deshidratación suelen ser el centro de atención, el estado de hidratación también puede afectar significativamente a la función cognitiva. La deshidratación puede provocar sensación de fatiga, disminución de la motivación y aumento del esfuerzo percibido, todo lo cual puede repercutir en el rendimiento de un deportista. A estudio publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise descubrió que la deshidratación podía perjudicar el rendimiento cognitivo, sobre todo la atención y la coordinación motora, que son vitales en el deporte.

Termorregulación

La termorregulación se refiere a la capacidad del cuerpo para mantener su temperatura interna central. Durante la actividad física intensa, el cuerpo produce calor, y para contrarrestar esta producción de calor, el cuerpo suda, provocando un enfriamiento por evaporación. Sin embargo, si un deportista está deshidratado, hay menos líquido disponible para la producción de sudor, lo que puede mermar la capacidad del cuerpo para enfriarse eficazmente. Esto puede aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor, como el agotamiento por calor o el golpe de calor, sobre todo en condiciones de calor y humedad.

Mujer hidratándose con dos bebidas

Estrategias de hidratación para deportistas

Una hidratación óptima no consiste sólo en beber agua durante el ejercicio. Es un proceso continuo que requiere consideración antes, durante y después de la actividad física. He aquí algunas estrategias clave:

Prehidratación

Antes de iniciar una rutina de ejercicios o una prueba deportiva, los deportistas deben asegurarse de que están adecuadamente hidratados. Esto suele significar beber líquidos en las horas previas a la actividad. Un indicador fácil del estado de hidratación es el color de la orina: un color pálido, parecido a la paja, suele indicar una buena hidratación, mientras que una orina más oscura sugiere la necesidad de más líquidos.

Hidratación durante el ejercicio

Durante la actividad física, el objetivo es reponer los líquidos y electrolitos perdidos a través del sudor. La cantidad y el tipo de líquido necesarios pueden depender de la duración y la intensidad del ejercicio, así como de la tasa de sudoración individual y de las condiciones ambientales.

Para un ejercicio de menos de una hora, suele bastar con agua. Sin embargo, para sesiones más largas, o en condiciones de calor o humedad donde la pérdida de sudor es elevada, puede ser beneficiosa una bebida deportiva que contenga electrolitos e hidratos de carbono. Los electrolitos ayudan a reponer el sodio y el potasio perdidos a través del sudor, mientras que los hidratos de carbono proporcionan una fuente de energía que ayuda a mantener el rendimiento.

Rehidratación post-ejercicio

La rehidratación después del ejercicio es crucial para reponer el líquido y los electrolitos perdidos a través del sudor y favorecer la recuperación. Esto suele implicar beber agua o bebidas deportivas y consumir alimentos con alto contenido en agua. Una recomendación habitual del Colegio Americano de Medicina Deportiva es consumir 1,5 litros de líquido por cada kilogramo de peso corporal perdido durante el ejercicio. Esto garantiza una rehidratación completa y favorece el proceso de recuperación.

Controles periódicos de hidratación

Los deportistas deben controlar regularmente su estado de hidratación. Esto puede hacerse comprobando el color de la orina, controlando los cambios de peso corporal antes y después del ejercicio (para estimar la pérdida de sudor), y estando atento a los síntomas de deshidratación, como boca seca, fatiga y mareos.

Ver también
Mujer hidratante

El papel de las diferencias individuales

Es importante tener en cuenta que las necesidades de hidratación pueden variar mucho de una persona a otra. Factores como el tamaño corporal, la tasa de sudoración, la intensidad y duración del ejercicio y las condiciones ambientales pueden influir en las necesidades de hidratación de una persona. Por ejemplo, los individuos más corpulentos o los que sudan mucho pueden necesitar consumir más líquidos que sus homólogos.

Las diferencias individuales también significan que la sensación de sed varía entre las personas. Aunque la sed es un buen indicador de que necesitas beber, no siempre es una señal oportuna. Algunas personas pueden no sentir sed hasta que ya están deshidratadas, por lo que es importante no confiar sólo en la sed como guía para saber cuándo beber.

Mitos y conceptos erróneos sobre la hidratación

A pesar de la importancia de la hidratación, existen varios mitos y conceptos erróneos en torno a este tema. Un mito común es que los atletas deben "beber todo lo posible" durante el ejercicio. Aunque es esencial reponer los líquidos perdidos, beber en exceso puede provocar una afección denominada hiponatremia, en la que los niveles de sodio del organismo descienden peligrosamente. Este trastorno puede ser tan grave como la deshidratación, por lo que es importante equilibrar la ingesta de líquidos con las necesidades y pérdidas individuales.

Otro concepto erróneo es que las bebidas deportivas son siempre una opción superior al agua para la hidratación. Aunque las bebidas deportivas pueden ser beneficiosas durante el ejercicio prolongado o de alta intensidad, no siempre son necesarias. Para el ejercicio moderado o la hidratación diaria, el agua suele ser suficiente, y consumir demasiadas bebidas deportivas puede llevar a una ingesta excesiva de azúcar.

Conclusión

La hidratación desempeña un papel crucial en el apoyo al rendimiento atlético y a la salud en general. Mantener una hidratación óptima implica algo más que beber agua durante el ejercicio: es un proceso continuo que requiere atención antes, durante y después de la actividad física. Al comprender la importancia de la hidratación y emplear estrategias prácticas, los atletas pueden favorecer su rendimiento, recuperación y bienestar general.

Recuerda que las necesidades de hidratación de cada persona son únicas, y es esencial que escuches a tu cuerpo y ajustes tus prácticas de hidratación en consecuencia. Si no estás seguro de tus necesidades de hidratación o de cómo gestionar la hidratación durante el ejercicio, es una buena idea pedir consejo a un profesional sanitario o a un dietista deportivo.

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